El Parque Nacional Chorro El Indio, a pesar de contar con un área sustancialmente menor al resto de los parques nacionales del Estado, tiene una importancia vital para la ciudad de San Cristóbal, se podría decir que es una suerte de aliado que vela día a día por nuestras necesidades más básicas, como respirar, gozar de un clima agradable y satisfacer nuestras más íntimos sentidos básicos de la estética, ya que su belleza domina la ciudad desde el Este.
Hay una parte de la población que de una u otra manera se ha vinculado más de cerca con este escenario que otra, no obstante todos somos beneficiarios de su presencia, por ello nosotros como equipo de documentación de la naturaleza venezolana y muy en especial de la andina, nos hemos dado a la tarea durante los últimos cinco años de realizar un inventario fotográfico y de recolectar algunos datos de interés sobre este gigante que nos mira aparentemente en silencio.
El propósito de dicho inventario fotográfico es poner en funcionamiento un plan de difusión que muestre parte de las bondades de este escenario dirigido a la comunidad sancristobalense, tachirense y del mundo, ya que en la medida que muchos lo conozcan, se podrá pensar en preservarlo para nosotros y para las generaciones venideras, éste artículo, que no es más que un aporte mínimo que como organización dedicada a la educación ambiental estamos haciendo, busca hacer un simple llamado a que se conozca más a fondo un amigo natural que estamos en la obligación de amar y respetar, ya que en gran medida nuestras vidas dependen de que así lo concibamos.
El Parque Nacional Chorro El Indio está ubicado en la Sierra La Maravilla, al Este de la Ciudad de San Cristóbal, en el estado Táchira, el mismo está conformado por terrenos abruptos marcadamente moldeados por sus recursos hídricos en forma de ríos y quebradas lo surcan caprichosamente haciendo de él un escenario de variadas pendientes que definitivamente le dan una personalidad muy andina.
Este comienza desde los 800 m.s.n.m aproximadamente y llega en su punto más alto cerca de los 2.200 m.s.n.m, estas características hacen de este parque un escenario rico en pisos altitudinales que dan vida a numerosos ecosistemas en sus 16.000 hectáreas de área, con temperaturas que oscilan entre los 12 ºC y los 23ºC, aprox.
Esta gran reserva biológica, a pesar de estar legalmente protegida bajo la figura de parque nacional, todos los días se debate con un componente que paradójicamente en su principal beneficiario, el hombre. La presencia humana como anormalmente pareciera normal, es la que determina el destino de las áreas verdes que aún se debaten por su espacio en el planeta.
Venezuela me atrevería a decir que es uno de los países donde hay más razones para conservar el medio ambiente, ya que a pesar de sus impactantes 26 millones de inquilinos aún conserva algunas masas forestales importantes para si misma y para el planeta, por ello cualquier esfuerzo que se pueda hacer en pro de mejorar la relación entre los venezolanos y su entorno natural no podrá sino redundar en beneficio de todas las partes que integran esta vasta nación.
En no menos de cinco años de visitas esporádicas a este Parque Nacional, hemos como equipo de documentación tenido la oportunidad de ver y registrar una gran variedad de aves, plantas, insectos, algunos mamíferos y varios cuerpos de agua que sin lugar a discusión nos obligan a escribir este sencillo reportaje que decidimos acompañar de varias fotografías para que ilustren y de algún modo cautiven al lector que queremos se haga también un defensor y amante de una de las tantas áreas naturales que por su cercanía con la ciudad corre un riesgo constante por la ocupación del hombre.
Uno de los accesos más concurridos del parque es la carretera San Cristóbal-Macanillo, es por ella en donde la mayoría de los visitantes y los no pocos residentes ingresan al ya diezmado escenario, en este primer tramo que abarca unos 24 km ha desaparecido una notoria parte de la masa forestal original para darle paso a distintas formas de urbanismo que tienden a crecer por lo menos de manera solapada, escabulléndose muy bien de los ojos poco detallistas de las autoridades locales que parecieran no notar la sistemática extracción de madera y la contaminación de algunos cuerpos de agua que ya se hacen evidentes.
No obstante no todo es tan malo, la desaparición de estas masas forestales han favorecido a algunas especies que han tenido la capacidad de adaptarse a las nuevas condiciones y para el observador de aves por ejemplo, se hace bastante interesante el avistamiento de familias como THRAUPIDAE, que pareciera en algunos casos soportar medianamente el impacto ambiental provocado por el hombre.
Así vemos surcar la vía por numerosos azulejos y algunas especies de tangaras, como también en menor medida Ictéridos y semilleros de varios tipos que eventualmente acompañan a grandes sorpresas como el Sirirí Real Gorro Azul, una especie que no es para nada común por este lado de Los Andes.
En esta primera fase del recorrido que llega a Macanillo, es común toparse con grandes tarántulas que cruzan la vía de extremo a extremo pausadamente apenas concientes del mundo de los hombres, en este punto, el Parque se bifurca para darle paso a varias vías, una de ellas, la más prístina es la que lleva al lindero norte del Chorro El Indio, en este trayecto podemos ver largas extensiones de bosque virgen en el que las orquídeas son la constante, allí se pueden observar decenas de especies que ocupan los árboles en conjunto a otras epífitas que hacen del recorrido todo un placer, para el visitante y amante de la naturaleza tropical.
En esta vía, supongo que por la densidad del bosque no se ven muchas aves, no obstante se escuchan cantos verdaderamente extraordinarios, que no son para nada comunes por lo menos para nuestros oídos; en este momento la decisión es cambiar el tele por un macro y eventualmente por algún gran angular que nos permitirá registrar parte de la belleza escénica del lugar y la diversidad de la zona.
De este modo, el Parque Nacional no nos deja de asombrar con una serie de sorpresas continuas que dejan cada vez más claro el enorme valor del sitio y el compromiso de conservarlo para nosotros y las generaciones venideras, el Parque Nacional Chorro El Indio es patrimonio de la humanidad y por esa razón todos y cada uno de los ciudadanos del mundo estamos en la obligación de rendirle culto a su belleza y su integridad.
Fabian Passariello
Fundación Proyecto AVE.
Hola, Proyecto AVE, buena la información, pero seria aun mejor si colocaran los nombre a las especies de las fotografías.