Editorial 20/08/08

 

Nadie que tenga clara la responsabilidad de lo que implica asumir el editorial de una revista electrónica, puede pasar por alto el largo alcance de Internet, es decir, es el planeta entero se hace potencial lector y por ende crítico de las líneas que un editor se aventure a mostrar en la pantalla de millones de aficionados, especialistas y todos los posibles adjetivos que califiquen a los internautas que por cualquier razón aterricen en esta página que busca sembrar el interés por la biodiversidad existente en Venezuela. 

Venezuela, en materia eco-turística apenas se encuentra en estado embrionario, no por falta de potencial, sino por una profunda ausencia de políticas educativas en las que el gobierno en conjunto con los propietarios de haciendas y hatos productores, así como también con las comunidades que hacen vida dentro de escenarios de interés ambiental, se vinculen con el fin de potenciar un plan en el que en primera instancia se reconozca la importancia del tema del eco-turismo, para así después comenzar a esbozar lo que podría o debería ser un plan maestro que nos enrumbe hacia un posicionamiento global del país en términos ambientales. 

Lo asombroso es que quienes hasta ahora han sacado más provecho de nuestras bondades naturales son los operadores turísticos europeos y de otras partes del mundo, que por motivación propia han hecho, a partir de un proceso de ensayo y error los contactos internos para ofrecer a Venezuela como destino eco-turistico, esa a pesar de que estoy siendo muy general y tal vez simplista en mi exposición, es la historia del desarrollo del eco-turismo en nuestro país, es decir, no ha existido ni existe una política que sistemática y organizadamente nos haya catapultado como destino eco-turístico ante un creciente mercado que pide a gritos nuevas locaciones que compitan con ofertas como la costarricense, si hablamos de Centroamérica, por no citar casos como Kenia y Tanzania que ya han hecho de sus bondades naturales un sello que los distingue con respecto al resto del planeta. 

Para efectos prácticos, a pesar de que esta no es una revista electrónica que tenga como fin único promover el eco-turismo, decidimos como equipo de trabajo dedicar este primer editorial a este tema que a la vista está íntimamente ligado a nuestro trabajo de investigación y documentación de la vida silvestre venezolana. 

Tal vez mis palabras hieran las sensibilidades de muchos políticos que en Venezuela han sentido y tal vez de buena fe han dado algunos pasos para revertir esta verdad, pero no se puede tapar el sol con un dedo, lo que si es cierto, es que  lejos de buscar con estas líneas molestar a nadie, se busca que sirvan para que en conjunto algún día todos los interesados en el tema podamos marchar hacia el fortalecimiento de una de las industrias que prometen ser de las principales fuentes de empleo para un país que las necesita de verdad.

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