Curiosidad, incertidumbre y confusión son algunas de las expresiones que refleja el rostro de este niño que no despegó su mirada de nuestra embarcación recién llegamos a la capital del Municipio Antonio Días – Curiapo -, posiblemente era la primera vez que veía a una especie de extraterrestre blanco sin cabello que lo observaba fijamente a través de un aparato, (mi cámara) y sin saber exactamente si eso era parte de mi cara. Jeje

Al igual que ellos, mi admiración era irresistible, no podía soltar mi cámara fotográfica con la que iba registrando cada rostro y ver desde mi visión citadina y perturbada, la pureza y sencillez de estos seres a quienes llamé las criaturas del agua, los Waraos son una étnia indígena en el Delta del Orinoco – Venezuela – que han hecho su vida en torno a la corriente del río.

Los Waraos conocen todo sobre el agua, sus cuerpos están perfectamente adaptados para vivir en ese espacio y el río es su principal proveedor de vida, de ahí sacan la comida, las golosinas y su medicación, los Waraos en sus “Curiaras” navegan la inmensidad del jardín de su casa (la selva) y que también usan transportarse a largas distancias.

Pero hubo un hecho muy interesante que pude observar de todos ellos, los Waraos dedican muchas horas del día a navegar los miles de caños que serpentean en el orinoco para contemplar la belleza que los rodea sin otra intención, solo admiración y disfrutar del vaivén de la – Curiara que armonizan perfectamente la melodía de la selva.

Los Waraos son personas felices, el río les provee todo y pueden dedicar sus vidas a estar tranquilos, el concepto de tiempo se aleja mucho de las manecillas de un reloj que mide segundo a segundo y creo que es la razón principal de su equilibrio mental.

Espero disfruten estas mini cápsulas de mi experiencia detrás de cada imagen.