La salida de campo que nos llevó a Los médanos de Coro partió desde el Parque Nacional Morrocoy, por lo tanto consideramos importante abarcar dos puntos intermedios que por su diversidad biológica no podían a nuestro juicio dejar de visitarse, que fueron las inmediaciones del pueblo de Tocópero, vecino del puerto de Cumarebo, famoso por sus canteras de piedras utilizadas por artistas plásticos para la elaboración de esculturas y por un entorno de bosque seco rico en avifauna, así como también, la no muy conocida Laguna de Moturo, un refugio de avifauna sin igual.
En estos dos destinos estuvimos tres días antes de llegar a Los Médanos de Coro, consiguiendo registrar una gran variedad de especies de aves, que sin duda enriquecieron sustancialmente nuestra estadía en el estado de Falcón, a nuestro juicio uno de los estado naturalmente hablando más importantes de nuestro País.
Finalmente llegamos a Coro, nos instalamos en un hotel de la ciudad y muy temprano en la mañana salimos a nuestra primera visita a los célebres Médanos de Coro, un destino ampliamente conocido por venezolanos y extranjeros que hayan visitado a Falcón por cualquier razón.
Esta enorme franja de 30 kilómetros de largo por 5 de ancho, caracterizada por dunas de arena que se desplazan diariamente bajo la acción del viento, abarca en su totalidad 91.280 hectáreas, de las cuales 42.160 son de tierras continentales y más de 49.120 de superficies marinas.
La mayor parte de este Parque Nacional está constituido por el istmo que une al resto del Estado con la Península de Paraguaná, dentro del área terrestre aparecen como elementos dominantes del paisaje: 1) la acumulación de arenas que se desplazan bajo la acción del viento, o comúnmente conocidos como médanos, 2)las comunidades arbustivas de manglares en las costas fangosas situadas al sureste de la península, en la ensenada de Caura, 3) los espinares, que forman densos grupos de plantas armadas con espinas como es el caso de las cactáceas columnares y algunas leguminosas, 4) las tierras con vegetación herbácea, donde predominan las platas bajas y rastreras y 5) las comunidades costeras, constituidas por plantas acuáticas marinas y submarinas.
No obstante, la vida en el desierto a pesar de su aridez y sequedad también está presente, entre las dunas y las cadenas de montículos paralelos a la costa, la presencia de importantes plantas como el Cují, árbol dominante de la dunas, da lugar a la existencia de varias especies de reptiles que le inyectan vida a este escenario que aparenta ser yermo y pobre ante la mirada poco acuciosa de muchos.
En este conjunto de ecosistemas logramos captar una serie de imágenes que consideramos reúnen bastante bien la grandiosidad de este conocido parque y lo que tal vez para muchos es desconocido, su singular riqueza avifaunística.
Una vez concluida nuestra actividad documental en los Médanos de Coro nos dirigimos hacia otra zona de gran importancia falconiana, el Cerro Galicia y las inmediaciones del Parque Nacional Sierra de San Luís con el fin de cerrar nuestra investigación con el registro del Campanero Herrero una de las especies más raras y poco conocidas del País.
Allí permanecimos durante tres días continuos, recorriendo decenas de kilómetros por las selvas del extremo sur del estado Falcón en la búsqueda de registrar esta esquiva especie que solo al final conseguimos registrar en medio de una vegetación espinar plagada de serpientes de cascabel.
Spenser’s virtues, in the order of the Faerie Queen: Holiness, Temperance, Chastity, Friendship, Justice, Courtesy, and Constancy*. I find it sort of funny that he never fhinsied the work but left those few fragments on Constancy. But yeah, no Loyalty (and Justice, take it for what you will, is all about slaughtering the Irish).There’s some slant-angle reference to loyalty in each of Spenser’s virtues, and I guess he might assume that it’s just a given (in terms of loyalty to sovereign or loyalty to God). But still conspicuously absent.